El día en que Chavela Vargas nos dijo un hasta luego, el mismo día en el que se cumplían 50 años de la muerte de una de las rubias por la que más hombres han perdido su cabeza, ese mismo día me encontraba cara a cara con Balenciaga. En el pueblecito donde le vio nacer y dar sus primeras puntadas como ayudante de sastre, ese que el año pasado le hicieron un museo donde poder admirar algunas de sus pequeñas joyas.
Con un día dónde la lluvia marcaba el ritmo de las olas, el verde brillaba más que nunca haciéndome recordar bonitas historias del año pasado en Irlanda... Los amantes del surf no se lo han pensado dos veces y se han echado a la mar. A coger o intentar coger olas y poniendo los diente largos a más de uno...
Finalizando la jornada con los pies helados caminando por los pueblecitos de Zarautz y Orio. Mañana recemos porque mañana salga el sol...
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