Todo lo bueno se acaba, mientras maletas se van acabando escribo el último post de lo que han sido unos días geniales. Bilbao fue e destino para poner punto y a parte a esta semana, el pequeño guardián de esta ciudad puppy nos daba la bienvenida bien entrada la mañana. Y como una desconocida más iba admirando cada una de las esquinas del museo... dentro no se permiten fotos así que nos tendremos que seguir contentando con la bonita fachada...
Tras ello decidimos seguir nuestra ruta hasta el puente colgante de Portugalete desde dónde solo valientes se atrevían a pasar por encima, y no vamos a ser menos, así que hacia allí subimos con el ascensor...¿vistas? geniales, quizás un poco demasiado largo como para solo tener agua debajo...
Para acabar que mejor que rodeada de amigas, de paso por Bilbao que menos que reencontrarme con Paula, la que nos enseñó la ciudad sin dejarse un mínimo detalle...y lo siento me olvide completamente de la cámara...
Con esto vuelvo a la rutina, a las jornadas sin horario y al calor sofocante de agosto en Barcelona, pero todo lo malo tiene un final bonito que llegará en su debido momento...
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